En lo que llevamos de 2021 se han dado de baja 61.441 autónomos

Eduardo Abad, Presidente de UPTA, se muestra indignado ante el anuncio realizado por el señor Marín, Vicepresidente y Consejero de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local de la Junta de Andalucía, tras una reunión celebrada con un representante de colectivo del trabajo autónomo andaluz, a la que también ha asistido la señora Blanco, Consejera de Empleo, Formación y Trabajo Autónomo. La misma se ha producido, según Marín «para abordar la situación de este colectivo y seguir explorando medidas que mejoren sus condiciones».

Una visión sectaria del trabajo autónomo andaluz es, sin duda, la peor de las situaciones para abordar medidas de fomento del empleo por cuenta propia.

Si bien la Tarifa Plana es una medida que fomenta la incorporación de trabajadores al mercado del trabajo autónomo, los resultados se alejan del objetivo deseado de la creación de empleo y riqueza. Pues a pesar de haber sumado muchos trabajadores al RETA, la supervivencia de los negocios es muy baja. El 87% de los beneficiarios de la Tarifa Plana no superan los tres primeros años de vida en el ejercicio de sus actividades económicas y/o profesionales, es decir, que en esta medida prima la cantidad de nuevos emprendedores frente a la calidad de los proyectos y su pervivencia.

De hecho, es cierto que Andalucía está liderando en cuanto a creación de autónomos, pero también encabeza la destrucción de estos. Sin duda, las políticas de fomento del emprendimiento desarrolladas por el gobierno andaluz, como la «ampliación de la Tarifa Plana», no son las más eficaces y eficientes, ya que responden más a un rédito electoral que a una verdadera intención de crear un tejido productivo potente, formado y capacitado para su adaptación al entorno económico.

Los datos no mienten, y las bajas que se producen en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos en la comunidad andaluza son, directamente proporcionales a las altas, evidenciando el efecto puerta giratoria: aproximadamente 90.000 altas y bajas anualmente, a pesar del despilfarro que se produce con las políticas de fomento del emprendimiento en Andalucía.