UPTA advierte que el paquete de ayudas del Gobierno solo será efectivo si se establece un sistema de reparto en función de la perdida de facturación interanual
Las ayudas directas deben dirigirse fundamentalmente a sufragar los gastos corrientes de cada una de las actividades, y no simplemente a establecer un programa de quitas bancarias, que, sin duda, estarían más encaminadas a solventar las cuentas de las entidades de crédito que a resolver la falta de liquidez inmediata en la economía real de las personas trabajadoras autónomas y pequeñas empresas.
Hay miles de autónomos y pequeñas empresas que llevan sin facturar ni un solo céntimo desde el mes de marzo del 2020. En ellos hay que volcar todos los esfuerzos para tratar de salvar la mayor parte de las actividades que están en estas circunstancias.
Desde UPTA insistimos en que solo hay un camino para realizar un reparto equitativo y no vinculado a epígrafes concretos de actividad.
Además, apunta Eduardo Abad, presidente de UPTA, “no se sostiene que únicamente se centren las ayudas en aquellas empresas o autónomos que tengan una supuesta situación de viabilidad, ¿quién decide la viabilidad empresarial?, ¿en qué se fundamentan los análisis para determinar a quien se dan las ayudas directas? Y lo que es peor, ¿quién decide qué actividad está condenada al cierre?”.
Deben establecerse prioridades en función de la perdida de facturación, éste es el único dato real y concreto por el cual se deben establecer distintos tramos de ayudas en función de la situación económica de cada actividad. Los sectores más golpeados por esta crisis no son únicamente los que ocupan grandes titulares mediáticos.
Los centros de enseñanza no reglada, fotógrafos, sectores relacionados con eventos culturales, atracciones de feria… son claros ejemplos de esta situación de falta de facturación desde hace un año.
Sectores que están al borde de la ruina y que en muchas ocasiones no han podido aún reiniciar su actividad económica, miles de familias que dependen económicamente de su negocio y que, de no hacer un reparto justo de los fondos asignados al plan de rescate, lo perderán todo.